lunes, 17 de octubre de 2011

¿Qué efectos produce el sexo sobre la salud cardíaca?



En algún punto de su vida, casi todos los hombres son sexualmente activos. Cuando envejecen, muchos se preguntan si el sexo es una buena forma de realizar ejercicio o si puede ser demasiado agotador para el corazón. Estas preguntas pueden parecer una tontería, pero son muy importantes. Ahora, además, tienen unas respuestas científicas sólidas.
Cinta para correr o colchón
Para evaluar los efectos cardiovasculares de la actividad sexual, un equipo de investigadores controló a un grupo de voluntarios mientras caminaban en una cinta en un laboratorio y durante su actividad sexual en casa. Este grupo estaba compuesto por 13 mujeres, además de 19 hombres con una media de 55 años.
Cerca de 3/4 de los hombres estaban casados, alrededor de un 70% padecía algún tipo de enfermedad cardiovascular y un 53% estaba tomando beta bloqueadores. A pesar de su historial cardíaco, los hombres realizaban ejercicio 4 veces a la semana y tuvieron actividad sexual una media de 6 veces al mes.
Los investigadores evaluaron el índice cardíaco y la presión arterial durante tests con ejercicios estándar en la cinta y durante la actividad sexual “normal” con la pareja habitual en casa. Todas las relaciones sexuales finalizaron con penetración vaginal y orgasmo masculino.
Aunque quizás sea un poco decepcionante, la cinta demostró ser el método más agotador. Durante el sexo, los hombres elevaron sus constantes vitales solo un 72%, tanto como en la cinta, y la media de presión sanguínea durante las relaciones sexuales fue de solo un 80%, tanto como durante el punto máximo de ejercicio en cinta. En una escala de intensidad de 1 a 5 (siendo 5 la nota máxima), los hombres le dieron al ejercicio en cinta un 4,6 y al sexo un 2,7. Las relaciones sexuales también fueron menos intensas para las mujeres en cuanto a índice cardíaco, presión sanguínea y percepción del esfuerzo realizado.
El sexo como ejercicio
Los hombres parecen gastar más energía pensando y hablando sobre sexo que practicándolo. Durante las relaciones sexuales, el corazón de un hombre raramente sobrepasa las 130 pulsaciones por minuto y la presión sistólica de sangre (la cifra más elevada cuando el corazón está bombeando sangre) se mantiene bajo 170 casi siempre. Así, la actividad sexual media es más bien moderada en términos de intensidad del ejercicio.
En cuanto al consumo de oxígeno, es de unos 3,5 METS (equivalentes metabólicos), que es lo mismo que bailar un vals, barrer las hojas de los árboles o jugar al ping pong. Con el sexo se queman unas 5 calorías por minuto, cuatro más de las que gasta un hombre viendo la tele, pero es la misma cantidad que en un partido de golf. Si un hombre puede subir dos o tres pisos sin problemas, debería poder practicar sexo.
El sexo como sexo
Barrer las hojas de los árboles puede aumentar el consumo de oxígeno de cualquier hombre, pero probablemente no hará que su motor se ponga a rugir. Con el sexo, claro, es diferente, y, además, la excitación y el estrés producen adrenalina extra. Tanto la excitación mental como el ejercicio físico aumentan los niveles de adrenalina y pueden provocar ataques cardíacos y arritmias, anormalidades del ritmo de bombeo del corazón. ¿Pero el sexo puede hacer eso mismo? En teoría, sí; pero en la práctica, es muy raro que ocurra, por lo menos durante las relaciones sexuales “normales” con la pareja habitual.
Algunos estudios cautelosos muestran que menos de 1 de cada 100 ataques al corazón está relacionado con la actividad sexual y en el caso de arritmias fatales es solo de 1 de cada 200. Es decir, para un hombre sano de 50 años, el riesgo de padecer un ataque al corazón en cualquier momento es de 1 entre 1 millón; el sexo multiplica ese riesgo por dos, pero aún así, es de 2 entre 1 millón. En el caso de hombres con enfermedades cardíacas, el riesgo es 10 veces superior, pero incluso para ellos la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco durante las relaciones sexuales es solo de 20 entre un millón. Unos números bastante buenos, la verdad.
Sexo seguro
El sexo es una parte normal de la vida humana. Para cualquier hombre, tanto si ha padecido como si no alguna enfermedad cardíaca, la mejor forma de practicar sexo seguro es mantenerse en forma evitando el tabaco, realizando ejercicio, llevando una buena dieta, manteniéndose sano y evitando tomar demasiado (o muy poco) alcohol. No es necesario explicar que no se deben mantener relaciones sexuales si uno no se encuentra bien y que es conveniente interrumpirlas si se nota algún posible síntoma de problemas cardíacos.
Con estas pautas y precauciones simples, el sexo será seguro para el corazón, pero también debería serlo para el resto del cuerpo. Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) son una amenaza mayor que los problemas cardíacos provocados por la actividad sexual. En el sexo es necesario usar tanto la cabeza como el corazón.

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